La inteligencia artificial (IA) ya está teniendo un gran impacto en el trabajo profesional. Un reciente estudio realizado por investigadores de Harvard, MIT y la consultora Boston Consulting Group (BCG) lo demuestra.
El experimento de BCG
Los investigadores llevaron a cabo un experimento con cientos de consultores de BCG. A algunos se les permitió usar IA y a otros no. Luego, se les asignaron 18 tareas comunes en consultoría, como generar ideas, analizar datos y redactar textos.
Los consultores que usaron IA completaron un 12,2% más de tareas. Además, las terminaron un 25% más rápido. Y la calidad de sus resultados fue un 40% mejor que la de quienes no usaron IA.
Estos son impactos muy grandes. Muestran que la IA ya está revolucionando el trabajo profesional.
El modelo usado fue GPT-4
La IA que usaron los consultores fue GPT-4. Es el mismo modelo de lenguaje que utiliza Bing de Microsoft y que cualquiera puede acceder de forma gratuita.
No se necesitó ningún ajuste especial ni instrucciones adicionales. Simplemente usaron GPT-4 a través de la API de OpenAI. Y eso bastó para obtener mejoras tan significativas.
La IA nivela habilidades
Otro hallazgo interesante del estudio es que la IA actuó como un «nivelador de habilidades». Los consultores con peor desempeño inicial tuvieron la mayor mejoría al usar IA: un 43%.
En cambio, los consultores top tuvieron un impulso menor. Esto sugiere que la IA eleva a todos los trabajadores a los niveles superiores de desempeño.
Riesgos de confiar demasiado en la IA
Sin embargo, confiar ciegamente en la IA también puede ser arriesgado. Cuando las personas usan IA de alta calidad, tienden a volverse perezosas y descuidadas. Dejan que la IA se haga cargo en lugar de usarla como una herramienta.
Esto se conoce como “quedarse dormido al volante”. Puede perjudicar el aprendizaje, el desarrollo de habilidades y la productividad humana.
De hecho, en el experimento, algunos consultores obtuvieron peores resultados en una tarea diseñada para que la IA fallara. Se fiaron demasiado de ella.
Dos enfoques: centauros y cíborgs
Existen dos enfoques para aprovechar la IA evitando sus desventajas: convertirse en centauro o cíborg.
Los centauros separan claramente las tareas humanas y de IA. Cada uno se encarga de lo que hace mejor y luego se intercambian los resultados.
Los cíborgs, en cambio, integran estrechamente a humanos y máquinas. Van intercalando pequeñas tareas y colaborando en tiempo real.
La frontera irregular avanza rápido
Las capacidades de la IA conforman una “frontera irregular” en constante expansión. Nadie sabe exactamente dónde está el límite entre lo que la IA puede y no puede hacer.
Además, esa frontera avanza muy rápido. En poco tiempo habrá modelos aún más poderosos que GPT-4.
Por eso, es clave que las personas empiecen ya a usar la IA de manera ética y productiva. Debemos guiar su aplicación en lugar de sólo reaccionar a los cambios tecnológicos.
Conclusión
En resumen, la IA como GPT ya está transformando radicalmente el trabajo profesional. Ofrece grandes beneficios en productividad y calidad. Pero también conlleva riesgos como la pérdida de habilidades humanas.
Convertirse en centauro o cíborg parece una buena estrategia para aprovechar la IA a la vez que se minimizan sus desventajas. De todos modos, es crucial empezar a integrar la IA al trabajo de manera responsable cuanto antes.
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